me sentía terriblemente abatida por tantas cuestiones que tuve que controlar ese día.
H me llamó al móvil.
-E, necesito que vengas a mi piso. *(click)*
acaricié la quijada de L me levanté,
L se desconcertó, me tiró de la mano, como usualmente hace, solo que esta vez no lo arrebataba la pasión, lo arrebataba la ira, le vi directamente a sus fanales obscuros y posé su mano contra mis labios. la besé.
llamé un taxi.
llegué directo y preciso con H.
H me esperaba con una cesta llena de verduras, huevos, harina y un par de cuchillos.
comenzamos a preparar una cena para dos.
tomé el estilete y comencé a cortar un sukini,
me corté la mano.
sangraba.
H la besó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario