miércoles, 15 de septiembre de 2010

Llamada nocturna



-Estuve llamándote hace un rato.
-Si, perdón, no queria contestar.
-EntiendoBajé a ese lugar chino que te gusta y te compré unos caramelos, pero me dio ansiedad cuándo no me contestaste y me los comí todos.
-Nunca me han gustado tanto como crees. Lo siento. Hoy me siento incómodo con todo.
No soy yo. Sos vos.
-Sé que soy yo.
Hoy vi a tu esposa, en el almacén chino. Compró los mismos caramelos que yo.
Tendrá ella un amante también?.
-Vos y ella son la misma mujer en diferente tiempo... Creo que cometí un error, me enamore de vos y me case con ella.
-Que crueles cosas dices. Odio cuándo no me contestas, me entra un ataque de pánico, me pongo cómo loca. Pero me gusta la idea, de ser loca por ti. 
Pero algo que nunca me ha gustado, son esos caramelos. Los comía con mi ex novio, creo que jamás te lo dije, pero los odio.
-Al inicio solo te llamaba libertad... con el tiempo he cambiado de perspectiva sobre eso... ahora vos me sabes diferente también, igual que esos malditos caramelos, te pido no los compres mas, no quiero saborear a otro cerote.
-No los compraré más.
Sábes que mi padre vino esta semana, ha visto tu chaqueta café y se la ha quedado, le quedó muy bien, tuve que regalársela. Sé que no la usará más de dos veces pero no pude explicarle de quién era, le dije que la había comprado para él en una paca. Me vió muy nerviosa. Estoy nerviosa, estoy enamorándome... no, estoy enamorada de ti.
-Qué se yo de esas cosas nena!... Me da igual esa chaqueta a mi esposa no le gusta de igual manera. Me da igual tu amor.
-Eres muy cruel.
-Ya, lo sé. 

Ahora, deja que te cuente de mi semana, quiza asi entiendas mi falta de humor.
Desperté,
en una cama vacia...
con ella del otro lado,
sí, te repito...
Estaba vacia.
Luego sonó el telefono dos veces,
a la primera pensé que lo entenderias, a la segunda... ignoré el hecho de que quiza algún día me dirías que me amas y que esa llamada no seria para eso, sino para contarme de lo aburrido que va tu dia... Sí, sí, mañanas mierdas, tráfico, doble turno, baño y vinos por la noche.
Corazón, yo también te amo entre todo el polvo y el humo...
-...Ay Alejandro, es qué ya no te puedo ver más. Llamé para decirte eso. Te he mandado con tu esposa unos caramelos, y le he dicho que te diga que te amo. Le conté todo y ese será el final. Pero quería que lo supieras de mi, porque ella jamás te dirá que me presenté con ella. 
Es que te amo demasiado hijo de la gran rechingada puta que te parió.
(Deposite 25 centavos).

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