miércoles, 26 de noviembre de 2008

anita

anita conserva aun, una misérrima parte de encanto después de descubrirse mujer, lo que no ocurre a menudo. por las mañanas deja un harapo de mantas enrollado con olor a mazapán y luego de secar su mojada madeja  se encuentra perfumandose con una cara fragancia que desperdicia tratando de ocultar el olor dulce que emana su personaje.
luego de una pausa narcisista y prolongada frente al espejo anita evapora la humedad que le quedo en las sienes con el calor húmedo de las madrugadas.
anita parpadea con la voraz luz de los primeros rayos de sol por la mañana, no deja ultrajar sus ojos si no es con algo tenue y delicado.
me parte el grisáceo corazón pensar en las maldades que asechan a anita, pero me cuela mas las tripas pensar en las maldades que anita planea con sus colegas amigas para perfeccionar el modo perspicaz con el que trata a los que rodean su enredado mundo.
ANITA ES MI MUNDO.
aveces quisiera congelar las escenas tan escasas de afecto mezquino que emana mi persona, juntarlas y abrazar fuerte a anita.
anita,
una antología de fraternal afecto para ti.
y una catarsis de bondad inhumana que te proteja.
un beso libre de avaricia y lleno de turrón industrial para tu diminuta figura .





2 comentarios:

Ana González Ewens dijo...

Que lindo el amor fraterno...en vez de pecados originales deberían haber amores originales, esos que se forman cuando cuentas cuentos de cama a cama o cuando asustás a tu hermanita con las leyendas del coco....un abrazo para las dos! De parte de otra Anita.

guzzy dijo...

por qué todo se vuelve de repente tan diferente y complicado??? si es simple amor lo que se tiene... por qué no salen las palabras por la boca?? por qué se tragan tan amargas y ya no vuelven a salir??