miércoles, 26 de octubre de 2011

Esperar y esperar

Esta escuela no tien más que un pupitre, y la puerta siempre está cerrada. El viento afuera hiela, y las luces de la noche son cegadoras, siempre esperar a que pase, siempre esperar, esperar y esperar.
La nostalgia no tiene motivos, es ya un estado natural, la inercia, el desencanto, la resignación.
De mi madre heredé sus ojos y su tristeza, de mi padre su malicia y desesperanza. De mi abuela la paciencia, de mi abuelo la estrategia. Yo en cambio no tendré nada que heredar, ni un recuerdo que regalar. Así, siempre, esperar a que pase. Espera y esperar.
Cuándo el rocío te moje sobre un campo de flores blancas y el vaho fresco te recuerde esa infancia que tuvimos juntos, déjalo pasar que yo ya estaré en el polvo de tus sandalias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La nostalgia y la espera no tiene motivos...es el polvo que queda en los zapatos.

Pablo Hernández M. dijo...

por dios, edna... que lindo esto