Ahora ya no iré de tu mano. Las cosas saben igual que siempre, la luna es la misma, las calles, las luces, es todo cómo una fotonovela, cursi y montada. El aire se congela dentro de mi garganta, no me deja respirar. Cada vez es más fácil pensar en silencio, comer en una silla, bañarme rápido, y leer a media luz. Cada vez es más fácil dormir en una cama vacía y dejar pasar esos momentos de melancolía. Resignarme a pedir perdón por mi tristeza.
Y cuándo pase este escalofrío, sólo quedará de mi un mal ejemplo, una mujer regateando besos, una aficionada más muerta que viva.
Nunca supe cómo renunciar a unos brazos abiertos, pero mis piernas están demasiado cansadas para caminar hasta ellos y ya está anocheciendo.
Y cuándo muera que no te digan que no te quise, que en mis labios cerrados siempre estará tu nombre.
miércoles, 19 de octubre de 2011
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3 comentarios:
wow... belleza...
me encantaa como escribe la amo
Me recordás a Sabina. Me encanta Sabina, me gustó tu blog.
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