miércoles, 27 de junio de 2012

La despedida.

Yo soy esa chica, la que dejaba sus calcetas tiradas en la alacena y dormía mientras se aferraba a tu espalda. La misma que salía a la calle descalza y fumaba en la tina mientras discutía contigo.
Esa, que escapaba en la tardes a tomar un café al centro y regresaba en la madrugada con doscientos quetzales extra en el bolsillo y la cara torcida.
La que borraba los mensajes de texto de su celular cada hora y comía leche en polvo a secas. La que se ilusionaba con la primera mosca que se le posara en frente. La que se retorcía pidiéndote que le dieras un orgasmo, esa misma que ahora te pide, que por favor, no la busques más.