la recuerdo con el mismo olor de siempre,
y siempre tan presente y real.
Siempre ha sido ella,
ella es, el amor de mi vida,
y yo lo he buscado en tantas bocas,
pero estaba al volver a casa.
Cuándo muera me dará tanta pena,
dejarle un manojo de nada,
y unos cuántos vagos y tristes recuerdos,
sin pedirle aún perdón,
por mis días tan callados y vacíos,
y las palabras llenas de rencor,
que alguna vez llegué a escupir.
Los secretos los llevamos en las manos.
Pienso también,
en sus trenzas y en sus manos secas,
en su manera de reír cuándo no quiere decir nada,
la manera de cuidar a esta a la que no le debe nada.
La espero, la pienso con miedo todos los minutos,
de esta vida que yo no decidí llevar.
No creo que haya más a quién ame.
1 comentario:
...No hay más que decir, escribes "formidable" Edna, excelente ese vocabulario tan amplio con el que escribes, pero a la vez, sencillo y natural, <> Posees gran habilidad y fácilidad para darle sentido a tus letras sin forzar el texto.
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