lunes, 5 de noviembre de 2012

Candor



Otra vez está pasando, me tengo que despedir, 
desde entonces, es algo que pude intuir.
Antes de comenzar a pelear con mi ingenua razón, 
con el sentimiento callado, paso a la siguiente estación.

Siempre serás, el único y el primero que tocó a la puerta, 
el que cada vez que se marchaba, la dejaba abierta.
Y dejaste cada vez en mi boca abierta, 
toda la noche despierta esa sensación incierta.

A penas diez y siete años y sin experiencia, 
te llevaste entre tus dedos mi inocencia.
Y los que vinieron después de ti no supieron jamás, 
del único amor que dejé atrás.

Y de cuándo en cuándo te apareces con la misma mirada,
y yo siempre caigo ante tu cruel llegada.
Dejando en la habitación, un orgasmo ahogado,
de aquel secreto que pareciera olvidado.









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