miércoles, 16 de diciembre de 2009

La catedral sonó las campanas.

Para Wingston


La tarde atropelló la angustia en la cabeza, 
cada vez parecía tener menos sentido en las palabras que se volvían más torpes, 
la sonrisa nuca se iba.
Todo es más lúdico cuándo se dispone de analogías ilógicas, y la razón rebalsaba de ellas. 
Bastaba una mañana para beberse un café en una calle del centro y llorar tras unos ray ban,  pensar en las cosas que ya pasaron, que al final no importan tanto como pareciera en ese momento. 
El día sigue y yo sigo envejeciendo con él. 

2 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
producto 1606

DESEANDOOS UNAS FIESTAS ENTRAÑABLES DE NAVIDAD 2009 ESPERO OS AGRADE EL POST POETIZADO DE CREPUSCULO.

José
ramón...

producto1606 dijo...

Mil gracias José R.
Con ese poema has superado la entrada.
Abrazos.
E.