jueves, 17 de diciembre de 2009

Tardes esotéricas.

Para Hugo.

Nunca podríamos vernos desde otros ojos, 
nos bastaba con vernos a la cara para poder entender como sucedía la cronología de las cosas, 
una palabra, una frase, una broma personal, todo eso cobraba importancia cuándo sabías manejarlo y eras egoísta con ello.
Mal manejo de elementos, derroche de juventud mezclado con derroche de sentimientos, 
caras duras ante las ventanas y lágrimas en el espejo, "la otra cara de el espejo", aquella que solo vemos paralelamente en nuestras caras infectadas de ingenuidad elaborada. 
Eres feliz?.
Soy herméticamente feliz.