Para Hugo.
Nunca podríamos vernos desde otros ojos,
nos bastaba con vernos a la cara para poder entender como sucedía la cronología de las cosas,
una palabra, una frase, una broma personal, todo eso cobraba importancia cuándo sabías manejarlo y eras egoísta con ello.
Mal manejo de elementos, derroche de juventud mezclado con derroche de sentimientos,
caras duras ante las ventanas y lágrimas en el espejo, "la otra cara de el espejo", aquella que solo vemos paralelamente en nuestras caras infectadas de ingenuidad elaborada.
Eres feliz?.
Soy herméticamente feliz.
1 comentario:
Que lindo¡¡¡
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